Desarrollo cognitivo y sensorial
Los y las X Frágil son hipersensibles a cualquier estímulo sensorial, y sobre todo al táctil. En una clase no es extraño que se niegue a pintar con los dedos, jugar con arena, o con cualquier otro material que tenga una textura diferente.
Los y las X Frágil tienen hipersensibilidad reactiva, para ellos pasar la mano por encima de una textura rugosa es para nosotros como pasarla por encima de una tabla de pinchos, perciben los estímulos multiplicados por dos, visto así sus reacciones no son difíciles de entender.
Por otra parte no son capaces de procesar esa información de la misma manera que nosotros, son capaces de identificar la imagen de un objeto completo aunque a éste le falte un trozo, pero por otra parte no son capaces de ordenar una secuencia de imágenes para que cuenten una historia coherente, necesitan más tiempo para poder encontrar una conexión entre los factores que determinan una situación. Por eso no es extraño que en el aula, ante una sobrecarga de peticiones o de demasiado lenguaje por parte del profesor/a, se bloqueen. Para solucionar esto hay que hacer preguntas una a una, directas y específicas, dejando todo el tiempo que sea necesario para que el alumno/a responda, nunca presionando. Si se crea un clima de calma, donde se sienta
seguro, las respuestas vendrán solas.
Para cualquier alumno/a, y en especial para los y las X Frágil, es sumamente importante la significatividad de lo que está haciendo. Conectar los conocimientos previos que ya tiene con el nuevo contenido, encontrar una utilidad a aquello que está aprendiendo para poder aplicarlo en futuras ocasiones de manera autónoma, y sentirse motivado para la participación activa, es esencial para su desarrollo y su inclusión.
Habitualmente los niños/as con SXF tienen dificultad para completar actividades basadas en la motricidad y sobre todo en la motricidad fina. Su hipersensibilidad también afecta a la percepción de la gravedad y de los movimientos, ya que su cerebro no recibe bien la información que le llega de los músculos y articulaciones. Por lo tanto le cuesta mantener el equilibrio y se siente más seguro tumbado en el suelo o moviéndose constantemente para auto estimularse. No es extraño comprender porque en clase no se queda quieto sentado en su pupitre, si a esto le añadimos el hecho de que las habituales fichas de trabajo de lectoescritura no se caracterizan precisamente por su significatividad.
Cualquier niño/a puede sentirse frustrado al no conseguir finalizar una actividad por considerarla demasiado difícil, se cansa y busca la distracción en otros estímulos. Pues si esto lo extrapolamos a un alumno/a que percibe cualquiera de esos estímulos de forma multiplicada, el resultado de ello es una sobrecarga y un auto bloqueo para buscar en sí mismo una estimulación que le
calme. Para ellos es difícil mantener la atención frente a algo que les agobia, las actividades de motricidad fina dirigidas a la escritura basadas en copiar de un libro o de la pizarra, les frustra y reaccionan con una conducta extrema.
La solución es determinar las necesidades del alumno/a, lo que le es factible a lo largo de la jornada educativa, y a partir de aquí controlar el grosor y cantidad de las actividades. Por ejemplo podríamos alternar la escritura de respuestas escritas con respuestas dialógicas, o escribir en el pupitre y escribir en la pizarra (alternativa que le ayudará a fortalecer hombros y brazos, y que a
la vez resultará una opción a estar siempre sentado.).Podrían usarse tampones de letras en alternancia con la escritura a mano, o introducir el uso del teclado como alternativa combinada (Fürgang, 2001).
Hay que tener en cuenta que los y las X Frágil poseen unas capacidades asombrosas en ciertos aspectos que si se tienen en cuenta potenciaran su desarrollo. Para ello las actuaciones pueden enfocarse a partir de la terapia de la integración sensorial (Goldson, 2001), especificada en el cuadro del apartado
Terapias.
La terapia ayuda a entender las dificultades de aprendizaje del/la X Frágil mediante la forma que tiene el cerebro de procesar la información sensorial. Este proceso provoca que la persona con SXF responda de manera negativa mediante una conducta extrema a una serie de estímulos
que le llegan a la vez, de forma abrupta, de manera que no puede controlar ni soportar.
El objetivo es ayudarle a controlar estos estímulos poco a poco mediante estimulación sensorial controlada para que responda de manera deseada a conductas generales. Por ejemplo, en una situación en la que se prevé el estrés, disponer de música relajada de fondo para que poco a poco
aprenda a calmarse y controlarse. Ésta ha de introducirse paulatinamente en los momentos específicos en los que se requiera.
En el siguiente cuadro se presentan una relación entre sentido sobre estimulado, conductas de defensa y estrategias desde la terapia de la integración sensorial
(Abad, Lopez y Monsalve, 2002; Hagerman, Harris, Hills, O’Connor, Riley, Scharfenaker, y
Summers, 2010; Puig, 2010; Sullivan, Hooper y Hatton, 2007).
Para consultar el libro "El X Frágil en el Aula":
http://www.xfragil.org/admin/documentos/documento23.pdf
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